Vivir junto a una gran ciudad (O cómo sobrevivir al Edomex)
- César Madcat
- 20 dic 2021
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 25 dic 2021
Nota antes de comenzar: Todo aquel que no viva en México o no conozca la difícil relación entre los habitantes de la Ciudad de México y su área metropolitana (A.K.A. Estado de México) , solo requiere reemplazar estos lugares por la urbe más cercana conocida y su correspondiente área limítrofe, ya que, aunque seguro muchas cosas serán diferentes, las problemáticas se pueden ver reflejadas.

Nacido en mayo del 1992 en la colonia Chapultepec, en medio de la Ciudad de México, pero siempre radicando toda mi fútil existencia en los límites del Estado de México. Ese bravío lugar al que muchos temen ir, lejos de los bosques verdes del sur que encuentras al internarte en la entidad y muy cerca geográficamente, pero ideológicamente apartado de la cosmopolita capital de México. El valle de México... un lugar construido de gris hormigón, casas de interés social y residencia de la industria del centro del país. Fundado por la clase obrera que hace surgir la mancha urbana y avanza lento pero seguro, entre cerros con hambre depredante de la poca naturaleza que la rodea. Controlada por las mafias antiquísimas de lo más deplorable de la clase política mexicana que se entremezcla con el narcotráfico y el abandono. Un lugar duro para crecer pero pese a todo, que encuentra la belleza a su propia forma. Barrios viejos y difíciles, contrastante entre la descomposición social y el significado de siempre salir adelante a través del trabajo duro, la persistencia y el sueño de una vida mejor.

En ocasiones llamado "los dormitorios" pues la búsqueda de movilidad social obliga a los habitantes a madrugar y caminar entre el smog y el tráfico para llegar cada mañana puntual a sus trabajos, ya sean los escasos lugares mal pagados en fábricas y maquilas de la franja industrial del Edomex o trasladándose horas a la ciudad a empleos de oficina y cubículo, todo para ganarse el pan y volver a casa de noche a cenar con la familia, dormir y luego repetir la rutina.

Puede que suene al peor lugar de la tierra. Pero como ya mencione, no hay mejor ejemplo de la persistencia que la de alguien que sacrifica su vida por ver mejor a los que ama. Las fronteras conceptuales separan a 2 poblaciones que en general están pintadas de un mismo color. Desde la perspectiva de otros estados del país no hay gran diferencia entre un Capitalino y un Mexiquense, para ellos... queridos o despreciados, somos todos "Chilangos" y no están tan alejados de la verdad, pues al final... ¿Qué nos hace tan diferentes? dependiendo del nivel socioeconómico, frecuentamos los mismos lugares, compartimos espacios de trabajo, la diversidad étnica es muy similar e incluso, dependiendo de la zona tenemos ese mismo acentito ñero tan característico. Nuestros burócratas saltan entre dependencias de gobierno todo el tiempo, nos unen, vicios, creencias, problemáticas y virtudes.
Sin embargo... esto no exime la discrepancia, pues una simple avenida puede marcar tendencias discriminatorias en ambos sentidos... sí, cruzar la calle lo cambia todo.
Anécdota: En alguna ocasión volviendo de mi trabajo en CDMX, frente a una multitud peligrosamente apretada por cuestiones de sanidad, un grupo de amigos pseudo intelectuales comentaba en el transporte: "Los del estado de México no entienden que ya no cabemos, solo vienen aquí a subir los precios de la renta y a quitarnos los trabajos, deberían de regular su situación para prohibirles seguir teniendo hijos". Si no lo hubiera escuchado yo mismo, diría que es un discurso del mismísimo Donald Trump. Odiados con la mirada por los testigos, otros asintiendo porque el discurso confirmaba su percepción de la realidad y algunos como yo, tristes por escuchar un discurso tan grave, tan normalizado para expresarlo en público.
Sin importar de donde provengas, siempre habrá un(a) idiota que haga brincar su odio desde la ignorancia frente a la invisible barrera cartográfica que nos separa.
Y no me mal entiendan, en esta historia no hay buenos ni malos. Al final, todo este odio surge del centralización. Los mejores empleos, la oferta cultural, el mejor entretenimiento, siempre pisa el corazón de la ciudad, ni siquiera todo su territorio... solo la zona económicamente más "activa". Solo mira el centro histórico, lleno de folclor, cultura, luces y glamour, pero al caminar un par de manzanas, el ecosistema cambia drásticamente a barrios viejos. Bellos, pero que brillan por el abandono.
Esto nada tiene que ver con la calidad humana, pues en todo lugar siempre habrá gente maravillosa, así como gente deplorable, no importa qué dirección tenga su identificación.
No quiero sonar a un hippie pacifista sin argumentos, también puedo hablar de todas las dificultades que se viven en el área, porque pese a mi sentido de pertenencia, sin duda es innegable que tanto en la ciudad como en el estado, hay zonas muy duras para la supervivencia.
Oriundo de Naucalpan y actualmente vecino de Ecatepec (municipio más violento de todo el país), sé perfectamente que se deben tener precauciones a cada paso. La delincuencia recorre las principales rutas de acceso a la ciudad. Cazando a la clase trabajadora que, con lujo de violencia, es despojada del fruto de su trabajo. Lugares donde un policía no representa un agente del orden o sensación de seguridad, pues su fama de chicos malos, provoca miedo a convertirte en un desaparecido o un presunto culpable o una mera victima de la extorsión.
Y la corrupción impera en todos los niveles de gobierno, en donde salen capos y entran hampones a los distintos palacios de gobierno, sin ningún escrúpulo por desfalcar a alcaldías completas, dejando sin presupuesto gubernamental a millones de personas por años, acentuando la delincuencia, el descuido social, las calles con baches y las fallas del sistema educativo (entre muchas otras cosas).
Todo esto, se manifiesta en falta de oportunidades, desesperación y violencia. Vamos... desde lo más básico: ¿Alguna vez hemos reparado en el borrachito de la colonia? ¿O el llamado coloquialmente "escuadrón de la muerte"? Ese grupo de borrachines que encuentras fácilmente en una esquina consumiendo brutales cantidades de alcohol de dudosa calidad, al que los niños temen y los adultos mal miran. Pero lejos de ser gracioso o algo de lo que deberíamos acostumbrarnos, es de pensar ¿Por qué en los barrios es tan común encontrar esto? Sin ahondar en el tema de las drogas ilegales (tema para otra entrada) el alcoholismo funge como escape de la realidad que se vive, y es solo un síntoma de la alarmante situación que vivimos, tanto en la ciudad como en el Valle de México. ¿Por qué invisibilizamos al adulto mayor que amanece ebrio y tirado en la banqueta? "¿Estará muerto? quien sabe, mejor ahí déjalo". Ves a gente fingiendo no ver a los homeless en avenida insurgentes (una de las principales vías de la ciudad) ¿Nos avergüenza acaso? ¿O es que en el fondo nos aterra terminar en una situación así? O un poco más grave, el ver al muertito tirado en la calle y estar desensibilizados ante tanta violencia, sentimos pena por el difunto o los más nefastos incluso fotografían el evento como una situación "emocionante" (no chinguen, raza).
Es este apenas un escollo de todo lo que se vive en ambos lados de la frontera del centro del país, un claro ejemplo de que maquillado o no, compartimos infiernos.
¿Entonces qué hacer? ¿Nos seguimos odiando? ¿Nos amamos los unos a los otros como quería el Yisus?
Yo diría... Solo entender que la vida es dura, no importa de donde seas. Cada quien vive la vida a su manera y juega a como les toco vivir. Ya sea que caigas en depresión porque no completaste para tu Mercedes Benz 2022 o porque no tengas ni para comer... lo importante está en la empatía y entender que cada quien vive sus problemáticas.
Los de la ciudad son, muchos de ellos, hijos o nietos de foráneos que llegaron a echar raíces a la gran urbe en algún punto de la historia. Son pocos los nativos y aunque lo sean, compartimos mucho más de lo que nos divide. Las personas del estado de México no robamos empleos ni saturamos la ciudad, solo buscamos mejores oportunidades que nuestra entidad no nos brinda y sus gobiernos Priistas simplemente les vale madre. Además, somos participes de la maquinaria obrera que alimenta a la economía de la ciudad (tal como los migrantes en el sistema de E.U).

Y ya lo dije, pero va de nuez ¿Son todos los Capitalinos o todos los Mexiquenses buenas personas? La respuesta es un contundente NO. Nunca falta el imbécil que se brinca la fila, que no cede el asiento, que le roba al desprotegido, el delincuente que asesina, viola o roba. Al gandalla que explota al menos afortunado. El policía que te extorsiona y al cómplice que lo soborna para librarse de la multa. El idiota que discrimina u oprime. A todos esos y muchos más terribles seres humanos, victimas del sistema ideológico y separatista que nos confronta como enemigos... es difícil no odiarlos, pero recuerden que todos ellos son los hijos bastardos de nuestra cultura y pensamiento colectivo y nada tiene que ver con su lugar de procedencia. A través de nuestros actos, de criar niños con fuertes valores, adultos responsables, pensamiento crítico y mucho pinche perro amor, seremos el bálsamo para que en algún momento lo cambie todo. Aunque no vivas para verlo.... pero que se nos recuerde como los que actuaron diferente.
Y como buen mexiquense, crecido entre cholos, entre chupe, testigo y participe de peleas callejeras, de cascarita de barrio, en calles empinadas 45°, bodas de calle cerrada, de fiestas de sonidero, les puedo decir que pese a las dificultades... es chingón vivir aquí. Y aunque sueño con irme a una cabañita en el medio del bosque con mi guitarra y mi gato, lejos del bullicio o al menos, irme a la ciudad para quedar cerca de mi empleo Godín, siempre he sabido que, "Puedes salir del barrio, pero el barrio nunca saldrá de ti".
Con amor... niñita <3

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