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México no está listo para el Internet.

  • Foto del escritor: César Madcat
    César Madcat
  • 14 abr 2020
  • 4 Min. de lectura

Recientemente tuve que dar un giro profesional. Con 27 años y sin ninguna senda evidente, decidí virar. Me conseguí un empleo en una empresa dedicada al marketing digital. Después de algunos meses, tuve una mejor noción de cómo están dispuestos los hilos. Y algo que siempre me cuestioné solo vino a confirmarse… México no está listo para el Internet.

Y no. No es que yo sea un experto del tema, pero genero mis propios criterios, e invito a la reflexión y posterior cambio de nuestra sociedad digital. Así que allá vamos.



En la parte social, nos encontramos con un país que por décadas se vio fuertemente influenciado por una excreción comunicativa llamada Televisa. Años y años de contenido basura, noticias manipuladas, y shows que solo restaban al ya bajo nivel cultural de la sociedad. Al final del milenio, y a principios de la nueva era, comenzó un hartazgo por este apéndice del aparato político. La idea surgía… estamos hartos de televisa.

Cuando el Internet cobró relevancia en la vida del mexicano, Televisa comienza a perder adeptos. La oportunidad perfecta del mexicano de librarse.

Sin poder meter las manos o competir, la empresa televisiva se ve abrumada ante el titánico y avasallador poder de la web y no le queda más que volverse una rémora que mama contenido de la web para imitarlo o reproducirlo.



Pero caray que si el mexicano tiene la bella costumbre auto sabotearse. Cuando la herramienta y fuente de conocimiento más poderosa de la historia cae en nuestras manos, la humanidad no hizo sino corromperla. Ahora que el contenido basura deja de transmitirse por TV, vemos a través de Youtube a un sinfín de personajes poco brillantes (con sus honorables excepciones) haciendo toda clase de estupideces por ganar nuestra atención y nuestro dinero. Por supuesto, se los dimos. Y no para ahí, sino que los admiran y nuestros niños crecen deseando ser Youtubers.


Las redes sociales se convirtieron en una carrera interminable por exponer nuestras carencias culturales. Ya no tenemos a López Dóriga para engañarnos sobre los sucesos en Irak. Hoy, basta que tu mejor amigo comparta una nota “periodística” de “Sopitas” o “Cultura Colectiva” para dar por hecho que "el cáncer se cura con sávila y bicarbonato de sodio". Notas basura pésimamente redactadas, pues la gente exige nuevo contenido constantemente. Contenidos cortos, morbosos y sin ningún tipo de sustento científico o fuente que lo avale.

Ya ni nos metemos en temas de la enferma adicción a la reafirmación de autoestima que un “me gusta” produce. Ese lúgubre tema merece su propia entrada en este blog.



En lo comercial, el mexicano siempre ha sido un excelente consumidor. Sin embargo, aunque ahora es preocupantemente sencillo gastar dinero mientras haces caca en tu baño o esperas el camión, esto no significa que ese dinero se gaste apropiadamente. Un país con un pobre o inexistente poder adquisitivo, lo gasta en estupideces tendenciosas.

Vivimos absortos de nuestra realidad tercermundista, y el feed de Instagram lleno de imágenes felices, oculta la tendencia a la alza de casos de depresión y ansiedad de los mexicanos, producto del entorno deteriorado.


No solo nos hemos vuelto flojos y falsos, sino también maleducados:

-Año 2000 en una outlet de ropa: “Buenas tardes señorita, me podría mostrar esta prenda en talla 32 por favor?”

-Año 2020 en línea: “ Ola. pantalon. 32. Prezio”


Finalmente lo político. Y lo dejo al final porque sé que diré cosas que no van a encantar, pero los aliento a desafiar mis argumentos y abrir el debate.

La política siempre es un juego de perros rabiosos. Al menos en este país. La tecnología nos ha permitido inmiscuirnos más en la actividad política del México y ser partícipes... ¿Suena bien no? Pues no del todo. El problema es el mismo: Somos primates orgullosos del fuego que hemos creado, aunque no lo sepamos usar aún.



México es de los países que más fakenews crea y comparte. Y no saben lo peligroso y absurdo que resulta. Las redes sociales se han vuelto un campo de batalla político, en donde hasta por mero ocio, notas son compartidas y sacadas de contexto para agredir a los actores políticos. Y nosotros somos los perros de guerra lanzándonos notas falsas creadas con el fin de desinformar, escribiendo ofensas de todo tipo en los comentarios de un periódico de dudosa credibilidad y por si fuera poco, con obscenas faltas de ortografía, simplemente porque el que está al otro lado de la pantalla discrepa políticamente de nosotros y eso amerita recordar a su madre. Que ilusos.


Como cierre: El mexicano no está listo para el Internet, de hecho probablemente la humanidad en general no está lista. Con acceso a Internet somos “como una mula con patines: nadie sabe cómo los obtuvo y nadie sabe cómo usarlos.”

Ya en serio, alcanzar el conocimiento sobre el uso responsable del Internet es clave en el desarrollo de nuestra sociedad tecnológicamente dependiente. Entender el valor de lo real y la banalidad y lo efímero de lo digital, nos ayudará a desarrollarnos como individuos. Alcanzar consensos, respeto y empatía, nos hará mejores como sociedad. Entender que, es el conocimiento bien aplicado lo que debemos de perseguir y no la imposición de ideas ni la necesidad de tener la razón siempre. Entender que ningún artículo de la web es incuestionable (ni siquiera este), que no todo lo que lees en la web es verdad, que el enemigo no está del otro lado de la pantalla. El enemigo es el que oprime, el que promueve tu ignorancia, el que te da el dulce del entretenimiento para desviar tu atención del conocimiento, el que te aleja de lo bello de la vida... ese es el enemigo.


Amigo mexicano, tu que lees esto desde la cuarentena en tu hogar… usa el Internet, aprende y comparte lo aprendido. Deja de ser un simple consumidor de basura mediática y de productos que no necesitas para impresionar a los demás. Infórmate, cultívate, comparte lo útil, trasciende.


Con amor… niñita. <3


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