Hablemos de música: I
- César Madcat
- 23 sept 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 23 sept 2020
Es bueno estar de vuelta. En el menú de hoy tenemos un tema que, al igual que la religión y la política, debes evitarlo en la mesa o en una fiesta si no quieres perder a tus amigos y familiares por diferencia de opiniones y terminar discutiendo: La música actual.
Da igual. Hablemos de ello.
La pregunta reflexiva es ¿Qué es para ti la música? En mis facultades de guitarrista, bloguero amateur y amante de toda buen cumbión levanta pasiones, les puedo asegurar algo: la música es mucho más que lo que escuchas de fondo mientras compras en Zara o Walmart.
No me malentiendan, no me estoy convirtiendo en tu tío rockero conservador que siempre te dice que el "El Rock es cultura" sin embargo, tampoco hablo al aire como tu amigo meco de que cree que J Balvin es más grande que Jesús.
Pero vamos, lo tengo qué decir... no todo lo que brilla es oro, o en otras palabras, no todo lo que vende y tiene 2 millones de plays en youtube es música.
No entraremos en temas técnicos sobre "Qué características técnicas tiene que tener algo para ser considerado o no, música." Que si bien, tienen argumentos muy válidos, la realidad es que son muy pocos los seres humanos que escuchan una canción por sus recursos técnicos.
La música no es necesariamente algo que debe tener una complejidad técnica. ¿Le dirían a un cavernícola que sus golpes primitivos con huesos, gritos y aplausos son basura solo porque no cumple las reglas que su maestro del conservatorio les enseñó?...Don´t mames.
Peeeeero, tampoco porque que un "músico" actual tenga un potro del amor fabricado billetes y premios Grammy fundidos lo convierte en un semidios.
A lo que nos hace llegar al meollo de este asunto... Hemos perdido la capacidad de apreciar la música.
Hoy en día no puedes encender tu celular sin recibir un anuncio de "¿Ya escuchaste esta puti-rola bien pobre pero que le gusta a todas tus amig@s? Escúchala ahora en Spotify o no estarás a la moda" y como vivimos en la que los buenos de Migala (súper podcast) llaman "La economía de la atención" ahí vamos como borreguitos a darle play.
La música pasó de ser ese momento de análisis emocional, de conectar con la letra, con lo que le sucede al compositor y que hacía match con nuestras vidas... a ser aquello que suena de fondo por 15 segundos en los Tik-Toks de un famoso don nadie o de una morra con danzas sugerentes.
Y sé que puede molestar, pero vamos, hagamos un ejercicio: piensa en tu película favorita.
Quítale esa rola que el director eligió cuidadosamente para ambientar la escena. ¿Funciona igual? ¿Verdad que no? Es porque la música conecta e intensifica lo que las palabras o las imágenes son incapaces de expresar por sí solas. Lo mismo pasa con nuestras vidas.
Entonces, si tu vida fuera una película, ¿realmente te gustaría que tu soundtrack épico fuera "si tu novia no te mama el cu%&" de Bad Bunny? (simón, el nombrado compositor del año). Si tu respuesta es sí, seguro tu película biográfica será protagonizada por Omar Chaparro y Martha Higareda (ok ya, perdón).
Y no me mal entiendan, el reggaetón es chido, no tengo nada contra él o con las canciones de Taylor Swift o lo más genérico que puedas pensar en este momento. Pero esos géneros son chidos como son chidos McDonalds o una Maruchan. Los comes, los disfrutas, los consumes, y caen bien en la cirscunstancia adecuada, pero vamos, no puedes venir a argumentar que McDonalds es alta cocina gourmet.
Tampoco se trata necesariamente de quedarte con los clásicos. Siempre hay que explorar nuevas alternativas para no terminar siendo el castroso vato 100% true que te dice "Esa música culera qué. Mejor ponte -Otro ladrillo en la pared de PincFloid" No todo lo viejo es bueno y no todo lo nuevo es chido.
Aquí no se trata de qué es mejor o peor, se trata de separar el arte de los productos. Aprecia el arte de día, perrea de noche hasta que huela a hueso quemado (si eso quieres). Cultiva tus oídos con obras maestras o con propuestas nuevas... llórale a tu ex con Jenny Rivera si lo crees necesario. Solo te pido, date el tiempo de apreciar lo que sucede en tus invaluables oídos y saca tus propias conclusiones.
Disfruta de toda la música, ritmos y demás, pero asegúrate siempre de que, lo que proclamas como la música "que te gusta" realmente te guste. Y no estés siendo victima de unos weyes malévolos expertos en neuromarketing planeando como hacer la siguiente canción de tal forma que te la puedan vender sin que cuestiones su calidad.
Respeta a la música, camina con ella con estilo, haz el amor a su tempo, viaja escuchando historias, siente empatía, disfruta de los sonidos, vibra con ella y siempre lo más importante... goza del exquisito arte que es la música.
Ya para despedirme... Si llegaste hasta aquí sin enojarte, te dejo el enlace a una playlist colaborativa de Spotify que he creado con la intención de que escuches algunas bonitas piezas que elegí rápidamente y que tú, metas esa canción que hace sentir feliz, emocional, triste o motivado. Con confianza, éntrale a la playlist es un ejercicio para compartir música en pleno 2020 y una buena forma de conectar durante esta pandemia.
Playlist:
Con amor, niñita <3
Comments